EUROPA
PRESS
2 septiembre
2018
Comer
(y no sólo el frío) también activa la grasa marrón, que quema los michelines
La grasa marrón, que consume energía y
quema tejido adiposo acumulado por lo que podría ser importante para prevenir
la obesidad y la diabetes, también se activa comiendo y no sólo con el frío,
como se suponía hasta ahora, según una investigación internacional publicada en
la revista 'Cell Metabolism'.
El tejido adiposo marrón en humanos ha sido objeto de
numerosos estudios, ya que tiene la función exactamente opuesta al tejido
adiposo blanco, que se encarga de almacenar energía. Por el contrario, la grasa
marrón quema la energía a través de la termogénesis.
Sin embargo, la actividad de este tejido adiposo
fisiológicamente muy favorable cambia con el tiempo: disminuye con la edad, al
igual que en personas obesas y diabéticas. Por lo tanto, los investigadores
buscan fórmulas para activar la termogénesis en la grasa marrón, de modo que se
puedan prevenir la obesidad y la diabetes.
Hasta ahora, solo se reconocía la termogénesis inducida por
el frío. "Las investigaciones han demostrado que participantes que pasaron
horas en una cámara fría diariamente no solo experimentaron un aumento en la
producción de calor en la grasa marrón a medida que se acostumbraron a las
temperaturas más bajas, sino también una mejora en el control del azúcar en
sangre a través de la insulina", explica el profesor Martín Klingenspor, jefe de la Cátedra de Medicina Molecular
Nutricional en el Centro Else Kröner-Fresenius de la Universidad Técnica de Munich, en Alemania.
Para esta investigación, científicos de la Universidad de
Turku (Finlandia) en colaboración con expertos internacionales, entre ellos el
profesor Martin Klingenspor
con su equipo, se investigó cómo una comida rica en carbohidratos afectaba la
actividad del tejido adiposo marrón. "Por primera vez, se pudo demostrar
que la generación de calor en el tejido adiposo marrón podría activarse con una
comida, igual que con la exposición al frío", explica Klingenspor.
Para el estudio, los mismos sujetos fueron investigados dos
veces: una vez después de la exposición a un estímulo frío, y una segunda vez
después de la ingestión de una comida rica en carbohidratos. Además, se incluyó
un grupo de control. Se midieron marcadores importantes para la termogénesis
antes y después, que no solo incluían la absorción de glucosa y ácidos grasos,
sino también el consumo de oxígeno en la grasa marrón. Para hacerlo, los
investigadores emplearon calorimetría indirecta en combinación con la
tomografía por emisión de positrones y la tomografía computarizada.
"El diez por ciento de la entrada diaria de energía se
pierde debido al efecto termogénico de los
alimentos", dice el profesor Martín Klingenspor.
Esta termogénesis después de comer proviene no solo de la generación
obligatoria de calor debido a la actividad muscular en los intestinos, la
secreción y los procesos digestivos. Aparentemente, también hay un componente
al que contribuye la grasa parda.
El próximo paso de los experimentos ahora será averiguar si
esta es energía que simplemente se 'pierde' o si este fenómeno tiene otra
función. "Ahora sabemos que la activación del tejido adiposo marrón podría
estar vinculada a una sensación de estar lleno", avanza Klingenspor. Para confirmarlo, los investigadores iniciaran
más estudios.